28 de julio de 2012

DE NUEVO LE SONRIÓ A LA VIDA


©Gusmar Carleix Sosa Crespo. 

Lo comprendió al verla.
Esas cosas suceden a menudo, he sido testigo algunas veces, tal vez tú también; te pasas toda una vida argumentando, negando lo que consideras insostenible, y en un instante todos tus argumentos son ridículos.
A pesar de toda la angustia vivida, su madre murió en paz, con una extraña convicción o una tonta ilusión: en algún momento él volvería a ser aquel hombre sonriente que una vez fue. Y así murió ella, sonriéndole a la vida, sonriéndole a él que también fue su vida.
La muerte anunciada le confirmó lo que él creyó descubrir quince años antes, cuando su padre murió en aquel trágico accidente en la autopista intercomunal de la ciudad. Renunció a su rutina dominical de asistencia a la iglesia y reconoció que su rutina no lo salvaría del único destino seguro del ser humano y de todo ser vivo.